La fascinación del metal: Kike Keller

María Bausán María Bausán
Hotel Sieteislas, Kikekeller Kikekeller Ruang Komersial
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Los profanos del metal solemos pensar que este es un material duro, robusto y rígido. Sin embargo, hay una delicadeza en el metal que solo aquellos que lo trabajan día a día comprenden. El metal tiene personalidad, es flexible y moldeable y con él se pueden hacer auténticas maravillas como las que vamos a descubrir en este artículo. Claro que para poder hacer magia con el metal es necesario ser un auténtico mago, capaz de transformar las secciones del metal en piezas casi escultóricas. Algo así como un prestidigitador sin varita, pero con soldador y máscara, es el personaje del que vamos hablar hoy: Kike Keller

Su sorprendente tienda es un espacio abierto a nuevos creadores, a medio camino entre una galería de arte y un bar de diseño. Sin embargo, los proyectos de Kike Keller se salen del barrio madrileño de Malasaña donde tienen ubicada su tienda para saltar a hoteles, boutiques de lujo y clínicas dentales. Descubrimos algunas de las llamativas piezas de la mano de las impecables fotografías de Álvaro Leco.

Con sello propio

Sin duda una de las cosas que más sorprende de los trabajos de Kike Keller es la creatividad con la que compone unos diseños con sello propio, que no se parecen a nada. Sus trabajos no son discretos, no buscan pasar desapercibidos sino todo lo contrario. Envuelven por sus detalles sorprendentes, como esta pata que se eleva por encima del tablero y que con sus formas redondeadas demuestra que el metal también se dobla.

La fusión con la madera

El efecto de estas sorprendentes patas en la mesa que parece engullir el tablero no es lo único llamativo de este original recibidor de la clínica dental Juan Arias. El mueble archivador que descubrimos al fondo es un gran ejemplo de lo que la madera y el metal pueden hacer juntos: piezas modernas y vanguardistas con el aire retro de las cosas antiguas. 

Una sala de espera

En la sala de espera el metal se vuelve oscuro, solemne, elegante. Y aunque muchas son piezas compactas y pesadas visualmente, algunos diseños son ligeros y volátiles. No son palabras huecas, las lámparas tienen pequeñas alas en los laterales, como si fuera Mercurio y no el dios Vulcano quien hubiera tocado con su varita mágica estos diseños.  

Siete islas con mucho metal

Pasamos de una clínica a un hotel en pleno centro de Madrid. El vestíbulo del hotel Siete Islas es un espacio equilibrado, sereno y elegante, donde el metal adquiere todos los tonos y matices posibles. Desde líneas más clásicas en las butacas de madera, donde las secciones en ele del metal dibujan formas geométricas básicas, hasta la cilíndrica lámpara, oxidada posteriormente para conseguir ese color cobrizo tan llamativo, sin pasar por alto las mesitas de inspiración escandinava.

Una mesa con patas de león

Nadie dijo que los muebles tuvieran que ser aburridos y esa premisa está presente en muchos diseño de Kike Keller, donde la funcionalidad va de la mano de un concepto creativo muy particular. Así, en esta mesa las patas son de metal, sí, pero tienen la fuerza, la forma y el color de las patas de un león. Maravillas que solo la chapa, el óxido y la creatividad sin límites pueden llevar a buen término. 

Diseño para una tienda de diseño

Nuestro último ejemplo nos lleva hasta el barrio de Salamanca y la calle Claudio Coello, repleta de tiendas de diseño. En la boutique Extreme Collection nos encontramos con un mueble mostrador que, como si fuera una reinterpretación de los elegantes aparadores de los años cincuenta, crea un ambiente vanguardista con mucha clase. El metal, en esta ocasión, no ha sido oxidado sino que busca mostrarse brillante, como vemos en sus esquinas lijadas, donde se ha sacado el tono más claro del material. 

Hasta aquí este breve repaso a algunos de los trabajos del diseñador Kike Keller. Si quieres seguir leyendo sobre este material, te recomendamos que le eches un vistazo al artículo 6 ideas con mucho metal.

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