En Japón el orden, al igual que los espacios simples y sin ruido visual son muy importantes para conseguir viviendas tranquilas e incluso meditativas. Junichiro Tanizaki, considerado la piedra angular de la novela contemporánea japonesa, dijo: “En Occidente el más poderoso aliado de la belleza fue siempre la luz, en la estética tradicional japonesa lo esencial está en captar el enigma de la sombra”. Enamorado de la cultura japonesa e inspirado en frases tan célebres como esta, el estudio de arquitectura DaifukuDesigns creó la vivienda de la que queremos hablaros hoy.
A pesar de estar en el barrio de Pedralbes en Barcelona, esta casa de 200 metros cuadrados reúne toda la esencia de la decoración japonesa y la incorpora en ella. Sombrío, pero elegante y apacible nuestra vista se pasea de espacio a espacio, y el interior se prolonga en los espacios exteriores.
Durante la obra el piso, como no podía ser de otra manera, se ve lleno de escombros, sumido en un caos que desaparecerá pronto. El nuevo diseño creará un apartamento ordenado y sencillo que adapta lo mejor de la arquitectura japonesa a las exigencias de confort de occidente.
El vestíbulo nos da la bienvenida nada más entrar en la vivienda y la bancada de pino macizo nos invita a descalzarnos antes de continuar. Esta parada es una proposición, nos sugiere que, además de los zapatos, dejemos ahí las preocupaciones y nos preparemos para acceder, en armonía, a la vivienda.
Una vez en calma entramos en el espacio que acoge el salón de la casa. Después de la entrada de marcado estilo asiático, la sala de estar nos devuelve a occidente y nos recuerda que nos encontramos en Barcelona. A un lado de los divanes que componen el mobiliario, tras un panel corredero, se esconde una televisión de 55 pulgadas.
Las referencias a la cultura japonesa están presentes en los detalles: el estampado de los cojines, los adornos colocados en el armario…
Separada del salón por una mampara de vidrio aparece la cocina. Las pantallas sin perfiles, sujetos solamente por apliques metálicos separan las estancias sin aislar una de la otra. Uniendo los dos espacios se ha colocado una estufa de leña que gira 360º permitiendo disfrutar de las llamas desde el salón, el comedor o la cocina. Aún en esta cocina de diseño minimalista las referencias a Japón se encuentran por doquier en forma de tazas, teteras y diversos utensilios.
Al final del salón la percepción del exterior y el interior se difumina. Un jardín japonés comienza en la sala y se extiende sobre la terraza de la vivienda. Las piedras más grandes son naturales, recogidas de un río y se colocan sobre las pequeñas creando una composición cautivadora. La naturaleza comienza con el bonsái y el bambú colocado en la terraza y se extiende por el jardín al otro lado del murete de ladrillo. Un camino de madera nos invita a conocer el resto de la composición.
En el dormitorio, un tabique diagonal hace que la cama, adosada a él, se oriente hacia un micro-jardín japonés. Al otro lado de la venta un ciprés centenario alarga, también aquí, el diseño paisajista. La sencilla organización de la cama se repite en la tabla de madera con cajón que hace las veces de mesa de noche y sirve para colocar una lámpara de pantalla de papel. Detrás de la cama, una ventana circular cerrada por papel de arroz vincula el dormitorio y su aseo privado.
Una mampara transparente separa la ducha del lavabo de piedra natural y las paredes se revisten con piezas de gres hexagonales de diferentes texturas en color negro. El blanco, el negro y la grifería en plata son los únicos tonos que encontramos aquí arropados por una iluminación tenue, donde tiene que serlo, y más generosa junto al espejo.
Queda demostrado que los valores japoneses pueden cruzar fronteras y adentrarse en las viviendas occidentales. Si quieres continuar leyendo sobre diseño nipón, no te pierdas: homify 360°: una diminuta casa en Japón.