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600 metros cuadrados de casa puede sonar algo presuntuoso, ¿cómo es una vivienda de tanta superficie? En un apartamento podría resultar excesivo. Sin embargo, en esta casa unifamiliar con jardín, sus 598 metros cuadrados resultan muy prácticos. Casa Sánchez se encuentra en Santo Ángel, una pedanía de la ciudad de Murcia, y cuenta con todo lo que alguien podría desear en su casa. Aunque por fuera puede parecer de concepción moderna, una vez en el interior podemos percatarnos de que su influencia se remonta unos siglos atrás, cuando la arquitectura árabe dominaba en esta región de España. De ahí sacaron los arquitectos del estudio Tov.Arq Esudio de Arquitectura y Urbanismo la idea de distribuir la casa en torno a un patio interior verde. Este pequeño espacio exterior no solo ofrece un respiro, arquitectónicamente hablando, sino que constituye metafóricamente el corazón de Casa Sánchez. Descubrimos sus secretos en este recorrido de 360º interior y exteriormente.
Casa Sánchez nos da la bienvenida con esta fachada. De aspecto compacto y volumetría quebrada, la vivienda presenta un exterior de concepción moderna: líneas rectas, planos lisos y un color blanco puro que contrasta con el tono oscuro de las carpinterías. En esta parte de la parcela, se encuentra el acceso, con suelo empedrado y numerosas plantas para una llegada fresca.
Para introducirnos en la vivienda regresamos a la fachada principal. En el acceso, el muro se retranquea construyendo una zona de espera protegida. En este tramo se prescinde del blanco, y un revestimiento de piedra negro se emplea para remarcar la entrada. Subimos unos escalones hasta alcanzar la puerta, unos pasos hasta alcanzar el estatus más privado de la casa: el interior.
En la parte opuesta, la parcela se abre ofreciendo a los habitantes de esta casa una cara diferente. Aquí el diseño ya no es compacto, todo lo contrario, el vidrio toma el protagonismo absoluto dando forma a las grandes ventanas con las que la casa se abre al paisaje. Si en el acceso la vivienda parecía tímida, ahora es extrovertida y busca la máxima relación con su exterior, un gran jardín con piscina rodeado de una terraza.
598 metros cuadrados no podían significar algo distinto sino amplitud. Entramos a un gran espacio, donde tiene lugar la zona de día de la casa, ubicada en planta baja. La planta sótano y la primera están destinadas a un programa de carácter más privado. Sin embargo, aún estando distribuidas en diferentes niveles, el diseño de la vivienda busca la máxima relación entre sus plantas.
De esta manera, el salón se construye con una gran doble altura que comunica ambos niveles. La planta primera se convierte entonces en un mirador interior hacia el resto de estancias de la casa. Las miradas se cruzan, las visuales se alargan y la casa va tomando diferentes escalas y atmósferas. El color toma protagonismo en los elementos arquitectónicos, incluso en el suelo, donde se ha empleado un pavimento de madera de color claro. Los muebles son en este caso los encargados de pintar este lienzo, poniendo calidez al conjunto.
Directamente conectada con el exterior a través de un gran hueco de vidrio, la cocina se inunda de luz natural y de unas vistas impresionantes: el espacio parece alargarse hasta la piscina de la casa. Su diseño es abierto y moderno, con una isla en posición central que acaba en una mesa. Se ha introducido una nota de color diferente: un tono rosa en la encimera que rompe la homogeneidad del blanco.
La organización de la vivienda, influenciada por la arquitectura árabe, gira en torno a un patio interior lleno de vegetación. Pero no solo es este su cometido, los espacios interiores toman de aquí luz natural, ventilan naturalmente y ayudan a que las miradas sigan fluyendo en todas direcciones. En este elemento transparente se apoya la escalera: un elemento elegante por el que subimos o bajamos a las otras plantas.
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