Un Hermoso y Pequeño Apartamento Estilo Escandinavo

Como va siendo ya común en las viviendas actuales pequeñas, el espacio central de la casa suele ser un espacio diáfano en el que comparten superficie la cocina, el salón y el comedor. A veces incluso el vestíbulo de entrada, como es el caso en esta vivienda. Y también el pasillo o la ausencia de él, ya que este lugar central común también es el punto del que parten las habitaciones. Es el corazón de la casa y por tanto ha de ser pensado con mucho detalle para que cada cosa encuentre su lugar. 

En la sala común se encuentran de manera sucesiva: la cocina, el salón, y el comedor. Cada una de estas estancias definidas por unos pocos muebles, sencillos y de colores claros. Pero es el comedor la estancia que mayor definición ha recibido. Se ubica en una esquina que recibe luz natural directa por medio de una gran ventana. Las paredes que lo rodean se han pintado de gris y una lámpara de techo industrial blanca marca el punto justo donde se sitúa la mesa de comedor.

En pequeños apartamentos donde varias estancias tienen que compartir espacio sin particiones verticales, es muy importante delimitar la superficie destinada a cada uso. Para ello se utilizan muebles de colores o estilos distintos, se usan alfombras, se bajan techos o se cuelgan lámparas… Todo para evitar incluir paredes que reduzcan aún mas el espacio e impidan el libre paso de la luz, ya que con ella la sensación espacial será mucho mayor y el ambiente creado más acogedor.

Una de la característica de esta casa es su estilo delicado, entre industrial, nórdico y rústico. Esto viene potenciado por la combinación de muebles de distintos estilos y diseños, y también por el uso de colores neutros. Algunas paredes de la vivienda se han pintado de gris, lo cual contrasta con el blanco de los techos y la madera del suelo. Este trío de colores y texturas aporta una base ideal para poder añadir una decoración personal, pero no excesiva.

Volvemos a prestar nuestra atención a la cocina. Ubicada en una las paredes de la estancia común, justo a la derecha de la entrada, la cocina se condensa en dos módulos de muebles, bajos y altos, que aportan gran cantidad de espacio de almacenaje. Todos estos armarios y cajones ocupan el alto de la pared en la que se apoyan, para aprovechar al máximo el poco espacio destinado a la cocina. Su revestimiento de madera y sencillos tiradores metálicos encajan a la perfección con el diseño del resto del espacio común.

Pasemos a ver las estancias privadas, o mejor dicho, las estancias que requieren de privacidad. La primera de ellas es el dormitorio, al que se accede directamente por una puerta conectada con el espacio común. Al entrar en ella nos invade una sensación agradable, como la de haber pasado a un mundo distinto. No porque el estilo o los colores hayan cambiado por completo -ya que seguimos viendo madera en el suelo, y grises y blancos en la decoración- sino por una apuesta más atrevida por los estampados. Fíjate en las flores de la colcha de la cama y el contraste con los cuadros del papel de la pared.

El cuarto de baño se sale un poco de la estética que hemos visto anteriormente. Aquí el gris se ha eliminado de un plumazo y es el blanco el que se usa para revestir cada superficie. Esto hace que la luz de los focos se reflejen en el espejo y a su vez en las paredes claras, lo cual da la sensación de que sea un espacio mayor. Pero lo más interesante de este baño es la decoración tan delicada a base de pequeños detalles en color que aportan un ambiente muy alegre y acogedor. Para ello solo se han necesitado algunas flores amarillas, y detalles del mismo color, en botes, velas y toallas.