¿Cómo construir un invernadero?

Mariana Belisario Blaksley Mariana Belisario Blaksley
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En este libro de ideas les presentaremos 9 factores clave a tener en cuenta al construir un invernadero en casa. 

Construir un invernadero no es una tarea simple. Tampoco es una gran empresa y los fanáticos de la jardinería sabemos que vale la pena cada minuto y centavo invertido en este mágico espacio. 

No sólo se trata de la función práctica del invernadero como proveedor de plantas y frutos de estación durante todo el año, el espacio en sí puede ser una joya arquitectónica y un lugar de relax donde vayamos a refugiarnos cada vez que necesitemos contacto con la naturaleza y un poco de paz. 

Los invernaderos son edificaciones destinadas a la creación de un microclima que permita el nacimiento o desarrollo de plantas, árboles, arbustos o huertos. Son espacios que debido a ciertas características que necesitan para mantener con vida el ecosistema vegetal que albergan, son también muy atractivos estéticamente. Los techos y paredes transparentes, la proliferación de plantas y flores en su interior y esa atmósfera un poco más calurosa que los demás ambientes de nuestra casa durante los meses de invierno convierten al invernadero en un gran favorito donde pasar el tiempo.

Es por eso que recomendamos un pequeño juego de mesa y sillas o cualquier tipo de banco o asiento donde podamos sentarnos a disfrutar de la mística que estos lugares suelen tener. 

En este libro de ideas encontrarán más consejos, fotos e inspiración. 

Calcular el presupuesto

Quizás la parte más aburrida, pero también una de las más importantes si no queremos terminar gastando mucho más de lo que disponemos o planeamos inicialmente.

Debemos tener en cuenta primero que nada el terreno donde pensamos construir, ya que en términos de drenaje, orientación, luz, etc podríamos incurrir en gastos como piletas de riego, nivelación de lote, poda de árboles que interfieran con la luz y más. Luego está el tamaño del invernadero y los materiales que utilizaremos para su construcción. Si contratamos a un profesional también entran en el cálculo sus honorarios. 

Una vez determinadas estas variables contra el dinero disponible, sabremos si podemos permitirnos un invernadero enorme como el de la foto, o uno más chico.

Elegir la orientación

Puesto que nos encontramos en el hemisferio austral, la orientación que debemos elegir será norte-sur. Si el invernadero compartirá alguna pared con nuestra casa, entonces tenemos que asegurarnos de que se trata de la pared norte o la sombra de la casa afectará la luz que reciba. 

Es también importante saber que la mejor luz para las plantas es la luz de mañana, así que tengamos en cuenta que el sol sale por el este y ubiquemos el invernadero donde reciba la mayor cantidad posible de iluminación matutina. 

Si hubiera árboles, especialmente de hojas perennes que hicieran sombra, habría que podarlos o buscar otra ubicación, ya que estos árboles no dejarán pasar la luz ni siquiera en los meses de invierno, que es cuando más calor necesitaremos dentro del invernadero. 

Un terreno con un buen drenaje

El drenaje del terreno es importantísimo y si éste no lo provee naturalmente tendremos que invertir en piletas para el riego o en nivelar para que el agua drene de forma apropiada.

La luz, la tierra y el agua son los tres elementos más importantes en la vida de nuestras plantas, por eso debemos ser tan cuidadosos al planear lo que se relaciona con ellos. 

Selección de materiales

Hay un rango de materiales interesante que puede adaptarse de muchas formas a nuestras necesidades y presupuesto. Se puede usar acero galvanizado o madera, aunque está última debe ser tratada debido a la humedad. Para techos y ventanas podemos elegir entre vidrio, policarbonato o plástico transparente. 

Depende de la inhóspitas de las condiciones climáticas de la zona, ya que en áreas ventosas seguramente necesitaremos materiales más rígidos de los que necesitaríamos en áreas más protegidas o con un clima más amable. 

Kit para construir un invernadero

Si nos atrevemos a hacerlo nosotros mismos, en el mercado existen kits con materiales e instrucciones para ayudarnos en esta empresa. 

Así contaremos con orientación desde la construcción, pasando por la siembra y el mantenimiento de nuestras plantas. 

En las fotos podemos apreciar el sistema de riego distribuido a lo largo de canteros que nos garantiza que nuestras plantas cuenten con la humedad necesaria para su mejor desarrollo. 

Elegir la estructura

La estructura del invernadero puede ser rígida, con líneas rectas y un techo a dos o cuatro aguas o curva.

En ambos casos optimiza la entrada de luz y sirve también para acumular agua de lluvia. Las estructuras rígidas requerirán de paredes y bases firmes, mientras que la estructura curva podría llegar hasta el piso, ahorrándonos la necesidad de construir paredes. Esto último es más económico, pero también es menos duradero.  

El cubrimiento del techo

El techo del invernadero debe dejar pasar la luz, razón por la cual debe ser transparente. La elección de la estructura determinará si podemos usar un vidrio pesado, que al mismo tiempo será más resistente sin resentir paredes y cimientos o si por el contrario, una opción de cubrimiento más liviana como plástico o policarbonato será la opción más práctica.

La ventilación

Durante algunas épocas del año y varias veces a la semana, necesitaremos que nuestro invernadero reciba ventilación exterior. Esto evita que en este ambiente caliente y húmedo proliferen plagas e insectos que pueden acabar con la vegetación. 

Si bien la foto que elegimos para ilustrar este punto no es de un invernadero, transmite la idea de ventilación con mucho éxito y además nos encanta la originalidad de este espacio del Arquitecto Santiago Viale Lescano.

Electricidad y calefacción

Como mencionamos al principio de este libro de ideas, la razón de ser del invernadero es el microclima creado en su interior. La luz que entre por techo y ventanas no será suficiente para que mantenga el calor en los meses fríos, por lo cual necesitaremos usar calefacción constantemente durante el invierno. A eso hay que sumarle que con frecuencia debemos intervenir los ciclos circadianos de nuestras plantas para un mejor desarrollo, especialmente en climas extremos, por lo cual necesitamos electricidad en este espacio. 

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