En este libro de ideas compartiremos con ustedes las recomendaciones de nuestros talentosos decoradores y diseñadores de interiores para imprimirle el encanto escandinavo a nuestra decoración interior.
La estética nórdica se ha convertido desde hace décadas en uno de los estilos más populares de la era moderna. Una de sus cualidades más atractivas es la que conocemos por la palabra nórdica “Hygge”. ¿Qué significa? Es la esencia de todo lo que hace acogedor, cómodo, amable, sencillo y accesible a esta estética que nunca deja de agradar. Gran parte de la popularidad del diseño escandinavo es que en el fondo, una casa cómoda, con una impronta simple y cuidada, pero sin llegar a los extremos, donde prelan los materiales orgánicos, la luz natural, los colores delicados, los textiles suaves y flexibles, así como una informalidad encantadora, es lo que muchos de nosotros valoramos en nuestro hogar.
Los países escandinavos tienen una cultura profundamente orientada a la naturaleza, respetuosa de ella, que vive en sincronía con las estaciones, se prepara para enfrentarse a inviernos realmente oscuros e inhóspitos. En vez de luchar contra las circunstancias, se adaptaron a ellas, creando casas que destilan calidez, aprovechando cada minuto de luz natural y manteniéndose al abrigo del frío durante los meses más gélidos.
En la arquitectura y el diseño de interiores, esto se traduce con profusión de madera como material de construcción, revestimiento, parte del decorado y en los muebles de patas diagonales, siempre en tonos claros para que los recintos se vean más luminosos. Paletas claritas en tonos grises, pasteles o blancos, textiles suaves y abrigados, ventanas amplias y sin cortinas a excepción de los dormitorios, detalles en la decoración que le hacen un guiño a la naturaleza, así como pocos adornos que buscan dar una nota graciosa o divertida.
Acompáñennos a conocer varios espacios decorados en este estilo, que de seguro los harán caer de nuevo en su hechizo.
En el estilo escandinavo, se prioriza la integración de los espacios, que agrandan las visuales y permiten aprovechar mejor la luz natural.
Este estilo nació después de la Segunda Guerra mundial, buscando darle acceso a todo el mundo piezas atractivas y de calidad. Los muebles con patas en diagonal y volumetría geométrica son clave.
Se busca resaltar la simplicidad, ya que la estética nórdica es lo opuesto a los estilos pretenciosos.
Los dormitorios tienen la impronta más despojada de todas, ya que cuanto más minimalistas, más invitan a desconectarse y al descanso. Las paletas de estos espacio suelen ser frías y con mucho blanco, buscando serenidad.
La madera siempre en sus variedades más claras, ya que la idea es que reflejen la luz en lugar de absorberla.
Así como las paletas neutrales son muy de este estilo, todos los tonos pasteles se pueden incorporar, sobretodo son suficientes dosis de blanco o gris.
Los topes de madera en las cocinas se ven con frecuencia, ya que este material es un regreso a lo natural.
Las típicas ya han pasado un poco de moda, pero siempre podemos decantarnos por nuevas versiones, como la de la imagen.
Muy vigente está el estilo noretnic, que es la fusión entre la estética nórdica y la estética étnica. Como podemos ver en la foto, da muy buenos resultados.
Los motivos geométricos en alfombras, cerámicas y otros textiles son muy recurrentes en el estilo nórdico.
10 Ideas para incorporar la madera en la decoración del hogar